sábado, 1 de noviembre de 2008

Renivelando la zapata

Una base de piedra gorda picada es buena cosa, porque asegura que no habrá humedad en la casa, pero después de la excavación, parecía que había quedado con un poco de pendiente...
Nuestro amiguete Brahmaya nos preguntó: "...pero, ¿se ve que hay desnivel?". "Sí, bueno, se ve un poquito desnivelado", contestamos, intentando quitarle importancia. "Pues si a simple vista lo ves, es que hay medio metro de desnivel, porque si hubiera cinco o diez centímetros, en diez metros, tu ojo no lo vería".


Al fin nos resolvimos a usar el nivel de agua, marcamos dos varillas y vimos que entre el punto más alto y el más bajo había ¡unos 40 centímetros de desnivel! Bueno, "sólo" se trataba de quitar 20 cm de la parte alta y llevarla a la parte baja, jajaja... Tomamos la parte más baja de la zapata como cota -20, clavamos alla una varilla, y 20 centímetros por encima marcamos la que tendría que ser la cota cero de referencia para toda la superficie. En esa misma varilla marcamos, cincuenta centímetros por encima de la marca cero, una cota 50 de referencia. Pusimos varillas por toda la zapata, y con la referencia inicial de la cota 50 y un nivel de agua, marcamos cotas 50 en todas las varillas, y luego con un metro marcamos cotas cero en las mismas varillas.


Durante el proceso nos encontramos con zonas de tierra que estaban por encima de lo que debía ser la cota cero, así que la retiramos hasta esa altura... y seguimos profundizando, todavía unos 10 o 15 centímetros más, para tener una base más drenada. En algunos sitios quedaba alguna laja durmiente enterrada por encima de esa cota, y hubo que picarla a mazazos.


Luego, cuando ya no había nada por encima de ninguna de las marcas de cota cero, fuimos colocando reglas a esa altura...

... y con esas referencias rellenamos de piedra hasta ese nivel.

Con nosotros estuvo Jon, sábado y domingo, sacando piedras y tierra a espuertas... y volviendo a recolocar las piedras a su debido nivel.

Llevábamos casi dos semanas trabajando nosotros dos solos. Parecía que aquello de mover piedras nunca se iba a acabar, y Doña Desánimo nos hizo alguna visita en plan tentación, aunque nos mantuvimos firmes y perseveramos, no sin algún malhumor, más motivado por cansancio que por fundamento. Así que fue una experiencia bonita trabajar con alguien más. Fue como si una tercera persona volviera todo más fluido, más amable, más sencillo y relajado...
Gracias Jon!

Y esta es la zapata... ¡acabada!


¡¡¡Agur Yogur, hasta la próxima!!

No hay comentarios: