domingo, 7 de diciembre de 2008

22 de noviembre de 2008

Desde Barcelona se tuvieron que venir Izel y Óscar para dar el empujón de empezar a poner pacas y levantar los muros.

Hacía semanas que el niño le decía a ella: "esta tarde ponemos pacas", y qué va. Primero rellenar de grava el zuncho, luego la rejilla, luego los marcos, la segunda rejilla... Todo, detalles que parecía que iban a ser muy rápidos, pero tomaban su tiempo. Un día sí y otro tambien, el iluso se creía, porque de verdad lo creía, que aquella tarde pondria pacas...

El principio de la primera hilada de pacas

¡Y hoy sí ha sido verdad! Lo habíamos esperado meses, habíamos currado mucho, y hoy sí, empezamos a levantar las paredes de casa con pacas de paja. Alegría multiplicada por ser compartida...

El nen de Gràcia

Gràcies, Óscar!

Fíu Fiiúúúú!

Gràcies, Izel!

Antiga amistat, nous Espais

Estimat amiguet Óscar! Ha estat una gran alegria retrobar-te en aquest espai, jajaja, i després de tant de temps, tanmateix, fent feina amb les mans...

Electricitat o fusta, tant és... Realitzant!
Gràcies i felicitat.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Rejilla pre-revoco

Esta rejilla la hemos puesto encima del zuncho base en todo su perímetro.

Su función es diferente a la primera rejilla: en este caso se trata de que sea más ancha que el zuncho, sobresaliendo unos 30 centímetros por cada lado. Cuando estén colocadas las pacas, fijaremos la rejilla a estas; así, el revoco será más fácil de fijar, especialmente en la zona conflictiva, que es la esquina inferior.

Y preguntareis: ¿porque poner dos rejillas en lugar de solo una? Como otras tantas veces, es por la pasta. La primera rejilla, la anti-ratones, tenía que tener el agujero muy pequeño. La que nos convenció valía una pasta. Aún así la compramos, pero la usamos cortándola longitudinalmente en cuatro franjas; de cada metro lineal sacabamos cuatro piezas de un metro por 25 de ancho. Esta segunda rejilla es mucho más barata que la primera; obviamente los agujeros son mucho más grandes, pero da igual, porque la función antiratones ya está cubierta, y la combinación es más barata.
Dicho de otra manera, 30 metros de rejilla estrecha valen mucho más que 7'5 de rejilla estrecha y 30 de rejilla ancha. Así que esto es lo que hicimos.
Sin más espera, sin más dilación, sin más previos, ni detalles, ni historias...
Ahora sí, lo próximo... ¡ya son las pacas de paja!

El último premarco

Este es nuestro amiguete Óscar, y a su alrededor, el último marco que nos quedaba por levantar. Despues de esto, aún un pequeño trabajillo antes de levantar los muros: poner una segunda malla, con los agujeros más grandes, en la base del muro, para luego facilitar el revoco... ¡Cuanto parece que falta para llegar a ello!

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Por Bulerías

Esta es la historia de un amiguete generoso que vive a más de mil kilómetros...
Al ver este blog, además de reirse un rato de las múltiples multiplicaciones y cálculos numérico-aritméticos sobre las pacas de paja, nos dijo que le gustaría colaborar con el proyecto, pero el caso es que le quedaba un poco lejos. Ingenioso él, se dijo: "pues, podría apoyar aportando algo que necesiten", pero como no tenía ni idea de qué podríamos necesitar, nos dijo: "bueno, pues vosotros comprais algo que necesiteis, y yo os mando el dinero". Jajaja, qué bueno, pensamos. Y como necesitábamos un serrucho, pues, lo compramos. Con doble fila de dientes, tecnología japonesa...

¡¡¡Gracias Sadeva!!!

Fijando la traviesa a los pilares

Este es el inglete acabado. El pilar no queda cortado sino que sobresale por arriba, porque irá encajado en el futuro zuncho perimetral intermedio, y fijado a este.

Aquí estamos fijando la traviesa a los pilares del premarco, con la ayuda de dos tacos provisionales y dos sargentos:

Y aquí vemos la traviesa ya atornillada, con uno de los gatos ya retirados:
El premarco montado, con dos diagonales para que una vez levantado no se deforme por la presión de las pacas o otras casualidades de la obra, preparado para ser levantado. En la base se puede ver el espacio preparado para que al alzar el premarco, reciba a este y a su base.

Y el premarco levantado, con su base ya fijada al zuncho inicial:

¡Las tres dimensiones han llegado a casa!

Levantando el premarco

Can Santosha Films presenta:

martes, 2 de diciembre de 2008

¡Gracias Ángel!

La madera para la cubierta!

Despues de más de 20 días desde que pasamos el listado definitivo al aserradero, este día nos trajeron la madera para el zuncho intermedio y la cubierta. Lo habíamos calculado a conciencia, y revisado las cantidades al cargar en el aserradero, así que estábamos seguros de que había la madera que necesitábamos y no más...

Pero reconocemos que, cuando la vimos toda junta, cargada en el camión, ¡nos pareció mucha tela!

Este es Ángel, el del Camión, el que nos ha hecho todos los viajes de materiales pesados que hemos traído...

La madera la compramos en el aserradero de Burgui, a unos 45 minutos de casa. Comprar directamente en el aserradero y eliminar intermediarios permite comprar a un precio más asequible.
Desde aquí, nuestro agradecimiento para Pedro, su hermano y los trabajadores de Serrerías Sanz de Burgui.

A pesar de la compra directa y de que nos han hecho un buen precio, para nuestro proyecto, la madera ha representado cerca de un 40 % del gasto en materiales... Aquí vemos la tabla para el tejado, de 2cm de grueso, que hemos considerado suficiente, en lugar de 2,5 o 2,8, que es más habitual. Claro, de poner 200 m2 de tabla de 2,8 a ponerla de 2, hay una reducción del volumen de cerca del 30%... Y aunque la tabla parezca poco, en nuestro caso es ¡un 40% del volumen total de la madera!

lunes, 1 de diciembre de 2008

Ingletando los pilares verticales

Para fijar la traviesa horizontal a los pilares verticales, hemos hecho en estos unos pequeños ingletes de un centímetro, que a pesar de ser poco, le dan mucha más fuerza a la unión que si sólo lo atornillaramos.

Marcamos el corte que queremos hacer, y ajustamos la profundidad de corte (esto se hace regulando lo que sobresale el disco respecto a la superficie plana).

Luego hemos hecho dos cortes de referencia, en los límites de lo que tiene que ser el inglete.

Y luego hemos ido haciendo pasadas paralela, a fin de ir retirando la madera de ese espacio:

Y como la profundidad está fijada, va quedando hecho el inglete:
Luego, para dejar el inglete completamente acabado, hemos usado un formón. El gran descubrimiento ha sido que no es lo mismo usarlo de un lado que del otro; de hecho, usado del lado apropiado, y haciendo que la parte angulada de la punta roce la madera, este ángulo sirve de guía y impide que el formón se clave, con lo cual, simplemente, va quitando lo que sobra, sin ahondar en el hueco...