martes, 25 de noviembre de 2008

Fijando los marcos a su base

Para fijar el marco a la base, primero le atornillamos a este dos tacos provisionales para poderlo comprimir hacia la base, como se ve:

Como los tornillos son largos (10cm), primero hemos pretaladrado la madera con una broquita un poco más fina que el tornillo...


...después lo hemos atornillado...

...y finalmente retirado los tacos provisionales.

¡La parte vertical del marco ya está fijada a su base!

Meteorito cósmico

sábado, 22 de noviembre de 2008

No queremos a Mickey Mouse!!!

Ahora sí, con garantías, no entrarán ratones al interior del muro de pacas.
¡Al menos por aquí!

Detalle del final de la rejilla en el espacio preparado para recibir la carpintería -los marcos- de las puertas:
Madera, corcho y metal... ¿se amarán?

A la derecha, corchos todavía sin cubrir. A la izquierda, espacio del zuncho con las traviesas en la parte inferior del zuncho, para meter una longitudinal en el centro, a la cual irán fijados los marcos:

Hoy nos hemos creído que sólo quedaban por poner los marcos, y que esta misma tarde pondríamos las pacas... ¡jajajaja!

viernes, 21 de noviembre de 2008

jueves, 20 de noviembre de 2008

¡Recórcholis!

Despues de colocar las tablas del zuncho, y para evitar que este, al recibir la paca, le ofreciera un material frío como la grava, hemos puesto una capita de corcho. En este detalle, un pequeño collage aprovechando retales.


La gracia del corcho es que es un material mas cálido que la grava, así que supuestamente reduce la posibilidad de que el vapor de agua se condense en ese punto... Ciertas autoridades locales en construcción con paja dicen que esto es un problema de paises fríos como Alemania, donde el salto de la temperatura interior a la exterior puede ser de 40 grados (de +20 a -20), pero que en nuestra zona eso no es tan grave, y por tanto, la paja puede estar en contacto, sin problemas, con la grava o el metal.
Entonces, si el corcho es para evitar ese contacto de la paja con el frío, ¿porque le poneis justo debajo una rejilla metálica, que tambien es fría? Buena pregunta. En nuestra opinión, lo ideal habría sido poner esta rejilla por debajo del zuncho, pero la complicación constructiva que implicaba era mucho mayor, así que hemos asumido el contacto de otro metal (además de la varilla roscada) con la paja, en este caso metal abrigado con madera y corcho en su base.

Empezando a poner la malla, la más peque que encontramos, para garantizar que no habrá tránsito de roedores desde los cimientos al interior del muro de paja. Por lo visto este es uno de los peligros graves a que debe enfrentarse un muro de paja. En este caso es malla electrosoldada de 1 m de ancho, con agujeros de 4mm. Como la franja que necesitábamos era de unos 25 cm de ancho, cortamos la malla a lo largo en cuatro franjas, con la ayuda ¡inestimable! de una pequeña amoladora o máquina de disco provista de disco de corte de metal. Respecto a haberla cortado con alicates, tal vez ahorramos 3 o 4 horas de trabajo.

Gracias, amoladora!!!

El niño con el juguete en cuestión.

Gracias a la amoladora (radial), a la electricidad que le permite funcionar, y a las gafitas de plástico que protegen nuestros lindos ojitos.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Emiliano Zapata y Zuncho Panza

Iéééééép'palaaaaai-ji-ji-ji-ji!!!


Y aquí tenemos el zuncho de la base acabado:

Bueno, ahora falta rellenar el canal central de grava (para evitar que circulen por él roedorcillos y se monten ahí su casita), y ponerle una capita de corcho, para evitar que las pacas estén en contacto directo con la grava.

Y ahora ya muy cerca, ¡sigue acercándose el momento de poner las pacas!

Autum Leire


miércoles, 12 de noviembre de 2008

Mouna

atardecer 7 de noviembre de 2008

Mouna, silencio.
Una aspiración, una inspiración.
Solo.

Zuncho en T

Y aquí tenemos una unión del zuncho en forma de T, ha sido lo más complejo porque había que cuadrar un montón de cosas...
Pero ya vamos aprendiendo! Sobretodo, desde que hemos descubierto que antes de atornillar viene bien atar las tablas entre ellas con un tornillo de aprieto... Por cierto, hemos probado estos modernos que se aprietan con una sola mano, cuestan un poco más que los de rosca tradicionales, pero ahorran... ¡muchísimo trabajo!

lunes, 10 de noviembre de 2008

Zuncho base: esquinas

El objetivo de este zuncho o anillo de madera es que todas las paredes, en toda su longitud, estén apoyadas sobre una base que sea, ella misma en sí, un sólo cuerpo.

Está construido con dos filas paralelas de tablas de 3x15 cm, en dos capas superpuestas. Como de lo que se trata es de crear un cuerpo, es importante que las uniones de las tablas se hagan "a matajunta", es decir, que la junta del piso de arriba y del de abajo no coincidan, de forma que cuando en el piso de abajo hay discontinuidad en las tablas, hay continuidad en las de arriba.
Gracias Iñaki por la claridad al exponernos este sistema!

Como criterio, nosotros hemos seguido que si en la capa de abajo hay una junta, no hay junta en el piso de arriba hasta 45 centímetros más allá. Aquí vemos el detalle constructivo de una esquina del zuncho:

Hemos usado tornillos de velocidad ("spax") de 6 cm para unir las dos capas de tablas.
En cada unión hemos colocado dos tornillos, aunque nos estamos planteando aumentarlo a 4, especialmente en las esquinas... ¿será necesario tanto tornillo?

Claro, parece una tontería, "¿porqué no poner 4 en lugar de 2? Quedará más sólido..."
En fin, ese planteamiento ya lo hemos tenido antes, pero nos hemos dado cuenta de que eso se puede hacer con todo: poner las bigas el doble de anchas, el doble de tornillos, el doble de altura de grava... o sea, el doble de todo, o lo que es lo mismo, el doble de coste de materiales.
Y hemos usado una maravillosa atornilladora, regalo de bodas de mi madre, para meter los tornillos. Es de una marca profesional, costó una pasta pero ha dado (está dando) un resultado excelente. Una vez más nos reafirmamos: las herramientas, hay que pillarlas de calidad.
"Amb ses eines, fas ses feines", me dijo una amiga una vez... y si son malas te muerdes las uñas y acabas la paciencia con ellas, jajaja...

Extendiendo la grava

Aquí estamos liados "amb es càvec, sa senalla i sa carreta", distribuyendo la grava desde donde la tiró el camión a donde debe estar. El càvec es una herramienta muy usada en Mallorca, una especie de azada con la pieza metálica triangular y puntiaguda, idónea para estirar los áridos, o incluso tierra, y rellenar con ella espuertas.
En el relleno de los suelos, hemos puesto unos 15 centímetros de grava gordita, dejando los cinco centímetros superiores de la rueda libres.

En este espacio irá el acabado del suelo.
Los más trabajoso ha sido rellenar las ruedas, porque al llenarlas hay que levantarles el morro para que la parte redondeada quede bien llena de grava. Al tiempo que rellenábamos las ruedas, íbamos colocando las traviesas con las varillas allí donde debían ir.

Para hacer este relleno calculamos los metros cúbicos de grava que necesitábamos para hacer el relleno (largo total a rellenar x ancho a rellenar x altura), y según nos dijeron en la gravera, un metro cúbico venían a ser 1600 kg; como el camión nos podía traer 9 toneladas (unos 6 metros cúbicos por viaje) necesitamos dos viajes de grava. En el primer viaje trajimos grava de calibre 12-19 milímetros, que se extiende muy bien. En el segundo viaje, los de la gravera tenían estropeada la máquina de picar piedra y nos trajeron grava más gorda... que es mucho más difícil de extender, así que reservamos la grava pequeña para los rellenos de las ruedas, y la gorda para rellenar lo que serán los suelos.

Curiosidad: la práctica totalidad del viaje de grava pequeña (unos 9.000 kg menos 4 o cinco carretillas) fue a parar dentro de las ruedas, mientras que con el viaje de grava gorda rellenamos los interiores de las habitaciones.


Y aquí tenemos la grava extendida... otra fase terminada!!!

domingo, 2 de noviembre de 2008

Dos que fan una casa...


Encaje de bolillos

Hasta ahora, las varillas venían cayendo más o menos en el centro de una rueda. Pero en la t de unión de tres paredes nos encontramos con que no era así. Como por lo visto una t es uno de los puntos conflictivos de una construcción, convenía que la varilla estuviera exactamente donde le correspondía, en función de la pared que tendría encima, y no en función de como habían quedado colocadas las ruedas. El caso es que el sitio bueno era, justo, entre dos ruedas.

No se nos ocurría nada, así que allá se quedaron las dos ruedas paradas, sin rellenar de grava, esperando... varios días. Hasta que "se nos ocurrió" la solución.


Para hacer este bonito agujero hubo que usar una máquina de disco (radial)... y varios discos, porque el neumático, al ser una combinación de goma y alambres, se comía los discos rápidamente.

Hacer este corte ha sido, de momento, la única cosa desagradable de esta obra: el disco, por rozamiento, quemaba el neumático, y se desprendía un humillo bastante desagradable y aparentemente tóxico. No estoy seguro de si repetiría esta solución, y si lo hiciera esperaría a cortar a que hubiera un viento fuerte bien establecido.

Luego cortamos la traviesa del tamaño de los dos neumáticos, le colocamos la varilla, ¡y para adentro!
La verdad es que una vez puesto nos alegramos, porque no sabíamos cómo hacer y el ángel de la guarda nos dió la solución.

Liberado en vida

Gracias, Jivan Mukti!

Colocando la base de las varillas

Para colocar la base de las varillas, medimos el máximo que puede medir la traviesa para entrar inclinada dentro del neumático,
comprobamos que la traviesa queda suficientemente grande para hacer tope con los bordes interiores de la rueda,

y le ponemos una rosca arriba y otra abajo, con arandelas de carpintero (son mas grandes que las de herrero).

A continuación colocamos la traviesa inclinada, y con la ayuda de una "pata de cabra", "uña" o palanca, las convencemos a ella y a la rueda de que colaboren, se flexibilicen y se avengan a estar juntas una temporada...
Luego sólo nos queda poner la traviesa transversal a las tablas del zuncho base, y rellenar la rueda de gravilla, cuidando que queden bien llenas, especicalmente las curvas superiores

Para hacer el relleno de las ruedas, como para otras muchas cosas, un tamaño de grava que se deja trabajar muy bien es la del calibre 12-19 mm.


¡Se va acercando el momento de colocar las pacas de paja!

Sobre las varillas roscadas

Las varillas roscadas tienen una doble función estructural y de compresión de los muros. Se colocan cada metro y medio, máximo cada dos metros, ensartando en ellos las pacas de paja. Al llegar a la parte superior del muro, con el apoyo de los zunchos, se roscan las varillas, comprimiendo los muros. Si no comprimiéramos los muros, al colocar sobre ellos la cubierta, podrían pasar hasta varios meses hasta que el peso de la cubierta comprimiera completamente los muros. Si antes de ese tiempo revocáramos las paredes, podría ocurrir que el revoco seco saltara al comprimirse el muro por el peso del tejado. La ventaja de las varillas es que al comprimir el muro antes de colocar la cubierta, al colocar esta, el muro ya no cede, y podemos revocar acto seguido.



Las varillas tienen dos inconvenientes señalados: elemento metal y elemento metal.
1. El primer inconveniente, el de la Jaula de Faraday, no ocurre en este caso, porque las varillas sólo van verticales y bastante separadas entre sí, aisladas una de la otra y sin posiblidad de conexión eléctrica entre ellas. No hay varillas horizontales, no se forman por tanto celdas pequeñas que impidan la entrada de electrones y por tanto la jaula de Faraday no se produce.

2. El segundo inconveniente de las varillas es que son un metal en contacto directo con la paja. El metal y la paja tienen coeficientes térmicos diferentes, lo cual significa que tienen una capacidad de conducir (o almacenar) frío (y calor). Si sometemos un metal a un ambiente caliente, el metal se calienta. Si lo ponemos en frío, se enfría. En cambio la paja se calienta menos en presencia de calor, y se enfría menos en presencia de frío. Luego, a una misma temperatura ambiente medianamente fría podemos tener el metal a una temperatura interna y la paja a otra superior. El inconveniente de esto, para un muro de paja, es que el muro transpira, lo que significa que el vapor de agua que pueda producirse dentro de la casa sale hacia el exterior a través de las paredes, a una temperatura determinada. Al mismo tiempo, la varilla, que está embutida en el muro de paja pero que nace en la cimentación, donde está en contacto con la grava, puede estar captando frío en ese punto, y transmitiéndolo hacia arriba a lo largo de toda la varilla (por su capacidad de conductividad térmica), y estar por tanto a una temperatura menor que el muro de paja. Por tanto, el vapor de agua, en su feliz tránsito hacia el exterior a través de un cálido muro de paja, puede encontrarse con una fría varilla metálica... y condensarse del susto, convirtiéndose en agua. ¿Agua? ¡Agua! ¡Que llamen a los bomberos, agua en el interior del muro!

Así que estamos avisados, el peligro existe. Nosotros lo hemos valorado y hemos pensado que este efecto de diferencia de temperaturas será suficientemente pequeño como para no provocar la condensación del vapor de agua entorno de la varilla. ¿Valorado? ¿Pensado? Mmmhhhh... en fin, es una decisión que hemos tomado, da un poco de miedecillo, pero, jejeje... ¡lo vamos a probar!

Y ya os lo contaremos.

Marcando el perímetro de la casa

Una vez acabada la solera, marcamos el perímetro exterior de la casa con cordeles.


Marcamos cada pared con cuerdas independientes, que acababan más allá de la esquina teórica de la casa. Asi la esquina era un cruce de cuerdas, pero sin que hubiera allí una estaca.


Al recoger los neumáticos, elegimos los de 185 y 195 (milímetros de ancho), que una vez tumbados sería la altura que cogerían. Esta medida es bastante común, y en un taller que te los quieran dar, son una medida abundante. Del 185 al 195 hay sólo un centímetro, que es una altura que pensamos que puede asumir. Tambien recogimos hasta 165 de alto, para hacer un inventillo... ¡más adelante os contaremos como sale!


Aquí seleccionamos los neumáticos por tamaños antes de colocarlos, y los colocamos dejando un margen de 5 centímetros hacia el exterior, respecto al cordel que marcaba el perímetro externo de los muros.

Luego nos dimos cuenta de que la nivelación de los neumáticos sobre piedras tan grandes quedaba muy irregular, así que cuando trajimos la gravilla, retiramos los neumáticos, y extendimos una capa a nivel de gravilla fina de 5 centimetros de grueso en todo lo que iba a ser la base de las paredes, y luego recolocamos los neumáticos...
Ahora sí, ¡estábamos satisfechos!

Hora baixa

Així es va pondre el sol ahir...


Om