viernes, 24 de abril de 2009

¿Quien va a proteger los muros?

Francisco dice: "van a ser ellos".


Despues de terminar el zuncho intermedio, y despues de la experiencia con "el mojón", a sugerencia de Brahmaya, nos decimos a poner una tira de Tiveck encima del muro; de alguna manera, así aseguramos que aunque llueva, el muro queda protegido de que le entre agua por arriba, que, como hemos explicado otras veces, es lo que peor le va a un muro. Es como... trabajo acabado, trabajo asegurado.

Necesitábamos unos 30 metros lineales de cobertura, pero la tela Tyveck viene en rollos de 1,5o de ancho, lo cual era demasiado, así que pensamos en partirla por la mitad. Así que cogimos el rollo de Tiveck, Ayka cortó una pieza de 15 metros y despues la partió por el medio.

Despues sólo había que extender la tela y graparla bien grapada, para que el frío viento del norte no se la lleve...

Ayka contenta, y el promotor de la idea...


jueves, 23 de abril de 2009

Aislando el zuncho intermedio

Una vez terminado el zuncho intermedio, quedaba un hueco grande entre las dos filas de tablas.
Para evitar que esto fuera un puente térmico, rellenamos el hueco con paja suelta lo mas prensada posible.

Aquí vemos paja sobresaliendo: es porque la que hay en el interior está prensada a tope. Este prensado lo hacemos porque por mucha paja que haya, siempre va a haber aire entre ella.

La madera tiene un grado de conductividad de la temperatura mayor que el de la paja, así que es de suponer que la madera de dentro tendrá una temperatura diferente que la de fuera. Si hay demasiado aire "libre", al tener una parte del zuncho una temperatura y la otra, otra temperatura, el aire iniciaría un movimiento, lo cual acabaría enfriando o calentando la casa. Este es el mismo principio que el de la cámara de aire de un cristal doble: cuanto mayor es esta cámara, más aisla, pero hasta un punto; pasado este punto, la cámara es demasiado grande y el aire, en lugar de estarse quieto, inicia un movimiento, dejando de aislar y convirtiéndose en transmisor térmico, que es lo contrario de nuestro objetivo.

Por eso es importante que en cualquier relleno que hagamos con paja, esta vaya bien comprimida, para "fijar" el aire y así cumplir la función de aislante.
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Namasté, hermanos.
Que la comprensión bendiga nuestra vidas.

miércoles, 22 de abril de 2009

Más detalles del zuncho intermedio

Zuncho sobre muro, con traviesas en las varillas:

Zuncho volado sobre puerta y enlace en esquina:

Detalles del zuncho intermedio

Detalle del enlace en la T formada por la pared sur y la pared interior:

Detalle de una esquina, con protector autoconstruido:

Cada un máximo de 2 metros pusimos una tabla transversal, para unir las dos líneas de tablas que forman el zuncho. Tambien las pusimos donde asomaba una varilla, porque esta traviesa sería el soporte para la tuerca que permitió comprimir el muro. Aquí, el detalle de una de estas traviesas, y varilla con protector convencional-comercial de plástico:
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La cinta azul la colocamos antes de empezar a comprimir, como referencia para saber cuanto se comprimía el muro. Aquí, detalle de traviesa y varilla despues de la compresión:

Comprimiendo el zuncho intermedio

El zuncho intermedio cubre el perímetro completo de la casa, y tambien la pared de separación intermedia. Sólo con estas tablas, toda la estructura ha cobrado muchísima estabilidad. ¡Ya se pasó el momento de la mieditis!

En la siguiente foto, se ven las varillas roscadas, y quien tenga buena vista verá en ellas una marca de cinta aislante azul, que era la posición inicial antes de comprimir los muros. Luego, con unas llaves inglesas de tamaño medio (¡hay que apretar pero sin pasar de rosca las varillas!) fuimos apretando y llegamos a comprimir entre 3 y 11 cm, según el punto. Por tanto, en nuestro caso, para una pared de unos 2,20m viene a ser una compresión de entre un 2 y un 5%.

Donde había premarcos sobresaliendo por arriba, el zuncho se construyó a ambos lados de estos pilares. Despues de haber comprimido los muros, cuando el zuncho ya había bajado todo lo que tenía que bajar, cortamos estos premarcos a ras del zuncho.



Nieve y Vigas-Lluvia

Un nevoso día de febrero, se nos ocurrió, para aprovechar el día, ir al aserradero a buscar unas vigas que nos faltaban para el altillo. Así que fuimos, pero al volver hacia la obra, con las vigas en la baca de la furgo, encontramos una montonera de nieve en el camino que nos impidió pasar, así que nos volvimos al pueblo, con las vigas arriba.
El día siguiente sí pudimos pasar por el camino, porque no había parado de llover, y casi toda la nieve se había fundido, pero... la entrada hasta casa estaba como la veis en estas fotos.

Y aquí veis al niño, despues de tener la brillante idea de subir hasta casa las nosecuantas vigas al hombro... y antes de hacerlo. En fin, sólo eran unos doscientos metros cada viaje, que llegaron a hacerse largos y cansados. Fueron cómplices y co-víctimas Ayka y Francisco, quien este día nos enseñó que tablones largos, llevados al hombro entre dos, se llevan mejor en hombros cruzados.
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¿Aprovechamos el tiempo?